miércoles, 15 de julio de 2015

Yo me enseño. Pretendo ser real y todavia soy un sueño. Soy mi propio enemigo, y me importa la derrota. 
Y aunque quiera ser mi dueño, envejezco y me hago grande y todavia no me tengo.
Soy mi dolor, soy mi condena, soy el veneno de mis venas, soy mi remedio, soy mi cura, la enfermedad es mi cordura. Tendo duras las pupilas. Tengo corta la mirada, y si en el fondo hay algo bueno, lo imagino... no lo veo. Tengo celos, tengo envidia, tengo bronca y me lastimo.
No piensen que soy humilde, yo solo me subestimo. Y auque me parezca a todos y me confunda con la gente. Soy como nadie, soy diferente, soy mi maestro, mi referente. Soy lo que siento, lo que me pasa, ese es mi templo, esa es mi casa. Soy como nadie, soy diferente. 
Soy legal, clandestino, un cordero, y un asesino, municion sin escopeta, un caballo salvaje en una carreta. Soy leal, soy celoso, tengo codigos (como un mafioso). Los dementes me acompañan, Mis amigos no me extrañan. Soy temerario, perseguido, mal pensado, retorcido  soy enfermo de humanidad bebiendo luz de la oscuridad. Como uno soy consciente, necesito de la gente. Por dentro soy vulnerable, por fuera autosuficiente. Soy la fuerza del vapor, una mezcla de agua y fuego. Yo soy semilla de sol, un enviado del cielo. Me desvela descubrir el corazón tras tanto velo, soy luz intermitente, soy pájaro que aun no vuelo...
Ahí en esa podredumbre esta la fuerza de la flor. Ahí donde la vida duele, curan los ojos del amor. Ahí cambias la suerte por el impulso de crear. Ahí reconocernos es suficiente, es empezar a cambiar.  

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